Me senté para leer un artículo del Homo Ergaster en pdf, y lo primero que se me vino a la cabeza fue ¿por qué siempre las personas eligen como pareja a personas que no tienen buena ortografía?, o mejor dicho ¿quiénes son los que eligen a los que tenemos buena ortografía?; porque yo tengo buena ortografía, lo asumo, no es que peque de vanaglorioso, pero esa es una cualidad que nadie puede venir a negarme. Y bueno, como decía, tengo buena ortografía, y acá me tienen, soltero y bien loser; mientras que todos aquellos que no saben cuándo poner una ese y cuándo una ce, probablemente están fornicando en estos momentos.
Estaba entre estas trascendentales cavilaciones cuando sonó el teléfono de la casa; era mi padre, para hostigarme con la belleza del sur y sus crepúsculos arrebolados, y qué cuándo iba a ir a darme una vuelta para allá, para verlo; y esas cosas que sólo los padres cincuentones y con remordimientos en la conciencia te dicen.
Cuando terminé de hablar, decidí proseguir en el artículo, iba en el tercer párrafo, cuando me suena el celular: era el Nico, para contarme lo urban que iba la vida en Amsterdam, que la celebración de año nuevo allá prometía todo tan weed, tan free, tan open mind... tan gay que era el Nico. Pero debo admitirlo; si no me gustasen tanto las hembras, él sería mío. Es que el Nico es un tipo raja; es choro el hombre, no se hace, ni hace problemas, cocina, tiene onda, estilo y un sentido de fraternidad único, además de ser de esos bohemios letrados. Todo lo contrario a mí, no sé cómo podemos ser amigos hace más de 25 años. En fin, esa es una de las cosas por la que estoy más que agradecido de mi vida...
La llamada del Nico, me recordó qu hoy era 30 de Diciembre, crestas!, mañana 31; año nuevo: petardos, champaña, lentejas, maletas, y más petardos. Lo detesto. Pero ya había gastado mi porción de Tensodox , dumiéndome en navidad, así que no me quedaba otra que buscar panorama para la noche siguiente. Fuck!
A estas alturas, había perdido todo el hilo del artículo sobre Homo Ergaster, así que, agarré los números que manejo pegados con imancitos de frutas en el refigerador y me propuse activar mi capital social. El primer teléfono que pensé en discar fue el de la Magda, pero, mierda!, cómo me había roto el corazón hace dos días esa cabra. Si, minamente, digo que me rompió el corazón porque a la Magda yo la quise; con todos los cagazos que me mandé, la quise y harto, pero tan fría que me salió la peuca, tan chúcara, y tan indiferente que se porta conmigo. No!, por mucho que quisiese abrazar su cintura a las 12 mañana, no marqué su número, y patéticamente( como todo en mí) terminé llamando a mamá, diciéndole que como vegetariano que soy, llevaría la ensalada al asado en su casa.
Listo, el problema de mis social skills en año nuevo estaba resuelto, me iría donde mi vieja, comería, reiría, tomaría y hablaría boludeces con la elite boluda del segmento artístico de por acá.
Volví frente a mi artículo, pero me resultó imposible volver a concentrarme, así que lo cerré y me fui a poner la tetera, para prepararme un café. Cuando sonó el pito, me recordé de mi abuelo y su anécdota con los huevos duros y la tele, era tan flopi mi abuelo. Después de eso volví a pensar en la Magda: cómo me había vendido la pomada esa mujer, ni siquiera yo era tan cuentero y extraño como ella, sin embargo, vez que la veía ( endotérmico que soy) caía de guata en sus pies. Tal vez no era una mina tan rica...no, si en verdad era linda la peuca, pero era mala. Era de esas solteras eternas, de esos seres que yo solía ser antes de caerme entre sus sábanas y comprarle hasta las papas calientes que me vendío. Era un ente lejano, descuidado, y con esa maldita capacidad de hacerme daño, mucho daño. Si, estaba bien no haber llamado a la Magda, y estaría mejor que nunca más volviese a cometer ese acto tan suicida.
Heché el café a la taza y la malicia que habitualmente le ponía, después de eso, me senté a contemplar, con el corazón devastado y la mente revuelta, cómo se perdía el humo que salía de la taza, así como yo perdía otro año más de este inexacto calendario.
