sábado, mayo 03, 2014

Y no entonces, Flaco. A propósito de Muchacha Ojos de Papel

No pues Flaco, yo no soy tu muchacha ojos de papel. Mis ojos son de venas y nervios. Son del reflejo de todo lo que miro y de cuánto pienso día a día. ¿Qué me quede hasta el alba?. Pues si te lo ofrecí tantas veces, pero tu estabas soñando algún sueño pesado como un tractor malogrado. Mis pies no son pequeños. Son comunes, a veces rasgados, a veces juguetones y casi siempre muy arrítmicos entre sí. No me pidas que no corra, no sé cómo quedarme quieta. No tengo sueños despacito, por el contrario, son estridentes y revueltos. Por lo demás en tus manos de musaraña, resulta difícil dormirse. Mi piel no es de rayón Flaquito, sino más bien de rayas, costras, poros sucios y cicatrices. Como todo y como todos.  Y ya te dije que no me pidas que no corra más, el tiempo no para. Me insulta que me pidas que no hable más, que me mandes a callar. Mi corazón no es de tiza que se borre de un pizarrón verde, tengo un corazón de sangre rojiza y venas que a ratos estallan y moretean mi cuerpo. ¿Para qué me robas un color?, si tengo miles y todos los comparto con todos (al menos eso intento). Mi voz no es de gorrión, no es fina ni armoniosa, por el contrario es carraspeada y desafinada, tal cual yo. Mis pechos no son de miel, más bien son dos pequeños y asimétricos contenedores de alimento para quizás algún día más adelante. Y para de pedirme que deje de correr, por favor. El castillo en mi vientre ya está construido, y por mis propias manitas por cierto, puedes guardar tus planos. Y no es el sol el que me hace reír o llorar, es el todo que cobija ese Sol.  Me sigues insultando, cada vez que me pides que no hable más, si para eso aprendí a hablar de corrido. Y te repito una vez más que no es necesario que me robes nada, los colores me sobran, y creo ya haberte regalado varios. 
Lo viste Flaco, evidentemente yo no soy para ser tu musa.